Debido a que en nuestro país existe una falta de recursos sociales importante nos vemos abocados a elegir guardería para nuestros/as bebés, en ocasiones, incluso antes de su nacimiento. Una madre trabajadora debe volver aproximadamente a los cuatro meses al trabajo y si no hay oportunidad (porque papi también trabaja, por suerte), o no quiere esclavizar (aunque sea gustosamente) a un familiar, debe encontrar un lugar en el que su pequeño/a se sienta lo mejor posible y reciba los mejores cuidados. Y es que a tan temprana edad, si es que se puede decir ya edad, genera mucha preocupación en unos padres encontrar ese lugar donde su hijo/a pasará más horas de las que debiera. Llegados a este punto surge la pregunta de ¿qué escuela infantil elegir?
En nuestro país, las escuelas infantiles de primer ciclo no tiene un currículo definido específicamente, sin embargo los requisitos que deben cumplir los centros sí están recogidos en la Ley Orgánica de Educación (LOE). Además, cada comunidad autónoma posee una normativa específica y someten a las escuelas a inspecciones que hacen que los centros sean de confianza. Pero a mamá y papá les preocupa también algo no legislado, como es el clima afectivo, el estilo de las relaciones, la acogida y el trato. Este es el primer factor que debemos apreciar en una escuela, que se respire familiaridad, alegría, cariño, naturalidad y cercanía.
A menudo se tiene en cuenta también la cercanía de la escuela infantil respecto a casa, el trabajo o casa de algún familiar. Sin duda la comodidad es muy importante cuando los niños son tan pequeños y cada ‘transporte’ implica llevar la casa encima. Segunda buena razón a tener en cuenta.
Una vez estos dos aspectos están bien definidos es importante analizar otros aspectos dentro de la escuela infantil, como el personal (titulado y con aptitudes), los horarios (de 7 a 19 horas), el método educativo empleado (Montessori, inteligencias múltiples….), el espacio (amplio, con exteriores, seguro), la decoración, los materiales que se usan, los juegos y actividades que se llevan a cabo, la rutina de acogida en los primeros días, las actividades extraescolares que ofrece, la participación que se le da a los padres o el servicio de comedor (casero o catering), entre otros.
Una vez sopesados todos estos puntos tendremos que estar seguros ante la elección. Es irreal poder encontrar una escuela infantil que cumpla con nuestras condiciones ideales, el centro educativo perfecto no existe porque cada persona lo vemos con diferentes ojos y tenemos necesidades y costumbres distintas. Lo que está claro es que cuantos más de nuestros requisitos se cumplan, más cerca estaremos de estar seguros de qué escuela infantil elegir para nuestros niños/as.
